Mucho se ha hablado sobre el secreto mejor guardado de la boda de Luís Medina y Laura Vecino, y es que hasta hoy no se ha podido saber y ver nada.

En esta ocasión los novios no han querido ceder ni siquiera una foto de “consolación” previa a la exclusiva, aunque fuera con cambio de ropa incluido, como han hecho otros famosos. Nada, absolutamente nada.

Supongo que el millón de euros que dicen que les han pagado, me imagino que no solo por la boda si no por el paquete completo (despedida de novios, boda y viaje de novios, les ha obligado a extremar su celo de “intimidad”.

Tal fue el “celo” que muchos rebautizaron el evento como la boda sin novios, y es que tras el desfile de famosos, no se puedo ver ni a los ya Duques de Feria, ni a la madrina, Nati Abascal, ni a otros muchos que por lo visto entraron por la puerta de atrás.

La verdad es que yo me esperaba que la novia eligiera un diseño de firma española, aunque la mayoría de las voces aseguraban que iría de Óscar de la Renta o  Valentino por la amistad que une a este modista con la madre del novio, pero no, en esta ocasión la chica se ha desmarcado con un diseño nupcial de Giambattista Valli.

Dicen es que es uno de los diseñadores fetiches de Victoria Beckahm, Natali Porman, la princesa Rania de Jordania, Charlize Theron y Sarah Jessica-Parker, pero a mi personalmente el vestido de novia de Laura Vecino no me ha gustado mucho. Supongo que con lo fina y elgante que me parece que simpre va, este diseño me ha resultado muy recargado tipo princesa.

La creación del diseñador italiano se realizó en su atelier parisino partiendo de un modelo muy sensual y entallado, elegido por la novia, muy al gusto del creador que le gusta realzar la silueta femenina. Pero este marcaba demasiado la silueta, para el estilo que debía predominar en una boda aristocrática, y finalmente se le decidió añadir una falda de gran volumen.

Partiendo de este «fourreau» de tul drapeado para el cuerpo, se le añadió una espectacular falda en jacquard,  y en posteriores modificaciones se marcó más la cintura y se añadió un toque simétrico al escote dejando el hombro izquierdo al aire.

Como resultado un vestido de novia de línea princesa con escote bañera, cuerpo en raso cubierto de tul y una espectacular falda con el bajo abullonado.

El conjunto fue rematado con un enorme velo y una corona que por su tamaño la obligaba a lucir como peinado de novia un moño alto. Se trata de una pieza histórica compuesta por rosetones que formaban flores de lis que como comentó Jesús Mariñas, fue prestada por la duquesa de Medinaceli, abuela del novio  aunque  tenía  el aro un poco deteriorado y le faltaban dos brillantes y una perla.

Otra de las joyas que lució fue una pulsera de su abuela Laura Satrústegui Figueroa. Y para vestir sus piés eligió unas bonitos zapatos de novia estilo sandalias de talón cerrado creadas por Manolo Blahnik.

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foto vía: larazon.es

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