Ángel González García fue sacerdote en la parroquia de Artoño, en el municipio dezano de Agolada, que fue muy querido por todos sus feligreses. Después de su fallecimiento a finales del pasado mes de octubre, llegó al pueblo Ángel Iglesias Sarandeses, su sucesor.

Y lo primero que se encontró fue una sorpresa inesperada. En el libro parroquial faltaban anotaciones, desde 1994. Nada más y nada menos que dieciséis años sin actualizar el libro parroquial.

El nuevo sacerdote tuvo que ir por las casas y empezar a investigar todos los datos referentes a bautizos, defunciones y claro, ¡bodas!

La ventaja es que los datos de las bodas posiblemente estén registrados en el juzgado. Pero imagínate la cara que se le habrá quedado a los novios al ver que sus datos no estaban en el libro parroquial.

Con lo que cuesta organizar la boda, prepararlo todo, tener todos los detalles, ¡y después, no aparece en el libro parroquial!

De todas formas, lejos de estar enfadados, los habitantes del pueblo comprenden a la perfección que el sacerdote pudo haber tenido un olvido, ya que sí es cierto que tenía un montón de papeles con todo tipo de datos.

En fin, cosas que pasan...

Vía| La voz de Galicia

Foto de Fuentes de investigación

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