El miércoles MTV emitió los dos primeros episodios del reality show Alaska y Mario, en los que la celebración de la boda, parecía más bien una excusa, para presentarnos la vida de estos dos personajes, que desde siempre han caído bien, tanto a la audiencia, público en general, como a los de alta sociedad, algo totalmente paradójico, pero que refuerza la magia de esta pareja. 

Por mi parte descubrí el glamour  del carácter de Mario, lleno de alegría y simpatía, y por otro lado la fuerza, saber estar y autoestima de Alaska, en un mundo que a muchos les gustaría vivir. Los amigos brindaron un poco aturdidos, por la noticia de la boda que no se esperaban, y salieron frases memorables como: “Alzo mi copa para que este matrimonio no lo rompa ni un Tsunami” Seguro que no lo hará, ya que esta pareja hace décadas que están juntos.

El primer episodio se centró en dar la noticia a los familiares, el segundo a los amigos en los que destaca Carmen Lomana, tan sosa como siempre, contrastado con la chispa de Mario, y también  empezaron la dieta típica antes de la boda, Mario hizo un pacto con la nutricionista: si ésta le dejaba rebajar hasta los 65 kilos, él dejaría de alimentarse de cortezas y cervezas, para pasar a una alimentación sana. ¿Creéis que lo conseguirá?

Otra cosa curiosa, que tal vez a más de una le haya llamado la atención, es la decoración tan particular del piso de Alaska y Mario, y que casualidades de la vida, coincide un poco con la decoración de América, la madre de Olvido, o Olvi, como le llama su futuro marido. ¿Os habéis dado cuenta?

El relaty show presenta la vida de estos dos personajes de la movida madrileña, de una manera muy sencilla pero entretenida, y que te engancha a la primera, veremos que más locuras nos tienen preparadas, a parte de la confección del vestido de novia que seguramente va a ser negro o morado.