La atípica boda de Álvaro de Marichalar

El sábado tuvo lugar en Soria, la anunciada boda de Álvaro de Marichalar y su jovencísima novia ucraniana Ekhateryna Anikieva.

Una boda atípica en muchos momentos que seguramente podamos ver de forma extensa el próximo miércoles en la revista hola.

Sorprendente es que no se escondieran y se dejaran fotografíar por la docena de medios que se desplazaron a ala zona para captar el momento, aunque para dejar algo sin ver, la Ekhateryna cubrió su vestido de novia, un diseño de Manuel Mota para Pronovias (ya lo pronosticábamos por el posado exclusivo que había hecho ella con la firma vía hola), con un pequeño abrigo de piel blanca que además la protegía del frio que ya en esta época hace en la zona.

Se trataba de un modelo camisero sin mangas, estilo caftán, de línea “fourreau” ligeramente evasé; chal en tul de seda natural y zapatos de novia “peep-toes” con plataforma, forrados en raso de seda color marfil.

A eso de las 17:20 la pareja salía del palacio familiar de los Marichalar, donde el novio pasa gran parte del año, camino de la ermita de San Antonio de Padua la cual se encuentra dentro de la finca El Garrejo.

El primer punto sorprendente llegó aquí y es que fue el mismo novio el que recogió en un Jaguar de época a la novia y la llevó hasta la ermita.

A muchos sorprenderá este acto pero tengo que decir que si bien “lo normal” es que el novio espere a la novia a pié de altar, hay en muchas zonas donde el novio espera a la novia a las puertas de la iglesia o en otros es el mismo novio el encargado de ir a buscar a la novia, a las puertas de su casa.

Me acuerdo de una boda a la que asistí hace un tres año, en un pueblo de Granada, donde el novio fue a recoger a la novia a su casa y desde allí los dos salieron andando, paseando por todo el pueblo, camino de la iglesia.
Según me contaron esto era una tradición muy antigua de la zona que servía para que todo el pueblo viera a la pareja y les deseara suerte y felicidad en la vida que iban a comenzar.

Después de la ceremonia religiosa, tanto la pareja como sus 110 invitados se desplazaron al palacio del conde de Eza, donde se celebró el convite, y allí los recién casados salieron al balcón y saludaron a los allí congregados.

El banquete de boda fue otro punto curioso y es que como la pareja es agnóstica, el nivel de alcohol se vio reducido ya que solo se sirvió bebidas con un porcentaje bajo de alcohol como vino, cerveza y sidra.

Cabe destacar la sencillez de la novia que prefirió lucir un maquillaje muy natural, y un recogido trenzado que coronó con una corona de flores.

No faltaron al enlace la Condessa viuda de Ripalda, madre del novio, y los hermanos del novio, Amalio, Ignacio y el ex duque de Lugo, Jaime de Marichalar, que no fue acompañado de sus hijos Froilan y Victoria.

Entre los invitados cabe destacar la asistencia del embajador de Francia en España, y del embajador de Rusia además de otras personalidades como el empresario Tomás Terry, ex marido de la duquesa de Fernandina, Patricia Olmedilla y su marido Gonzalo de la Cierva, Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo, la duquesa de Fernandina, hija de la polémica duquesa roja, y Fernando Martínez de Irujo, hijo de la duquesa de Alba.

Esta es la primera boda de la pareja ya que en breve, concretamente el 2 de octubre, volverán a casarse, pero esta vez en Rusia, y por el rito ortodoxo, ya que esta es la religión de la novia.

más sobre esta boda en: